11 de noviembre de 2007

Mi segunda experiencia sexual

Un día que iba borracho me aventure a investigar las oscuras calles y callejeros sin salida de la ciudad, allí donde según Joaquín Sabina, "donde la gente pierde la cabeza con la cocaina", me encontre tras una puerta, presidida por la luz roja que nunca se apaga, a la negra flor. Ella tendria los 20, buen culo de prostituta negra, así que tal como me vio entrar, me subio a un oscuro cuarto, me quito los pantalones y hasta aquí puedo contar.

A la negra le debio de gustar mi culito blanco y supongo que algo más. Nos vimos allí, en su Club, dos o tres veces, la última vez que estube con ella fue en mi cama, y fue toda noche y poco menos que me propuso matrimonio despues de invitarla a una cena íntima. pero yo lo que de veras quería y necesitaba era quitarme los malos ratos pasados en los ultimos años (¿10,11,12 años sin follar?) de todas las pavas que me había tropezado hasta la fecha, que en lo referente a esa materia me habían dado menos que nada y por su puesto continuán en su mísma línea.

Para un discapacitado físico de 25 años, eso era toda una aventura, A partir de ahí comenze a conocer las habilidades de muchas negritas Nigerianas, Camerunesas, Mozambiqueñas y por su puesto Brasileñas, Portugesas, Colombianas, Japonesas, Cubanas. Y por supuesto quiero continuar ampliando la lista con tales experiencias, con casi todas he tenido buenas experiencias, con pocas no tanto, pero necesarias.

Y usted se preguntará ¿y cómo fue su primera vez?; pues bien, mi querido palurdo, yo le puedo responder que no hubo primera vez, porque no hubo nunca señora que me considerará digno de recibir tales placeles, ni abrir puertas hacía el otro lado. Y por eso y por los pecados que cometimos somos lo que somos y estamos donde estamos.




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